La Sagrada Eucarístia

Nadie se plantea acudir a un banquete civil a comer, sin conocer al menos los modos más adecuados para degustar la comida que nos sirvan.
Esperamos que este blog sirva de información al respecto de los modos relacionados con la Sagrada Eucaristía.
¿Se puede comulgar en la mano?
No daremos nuestra opinión personal sino lo que marcan los entendidos.
2. LA DISTRIBUCIÓN DE LA SAGRADA COMUNIÓN.
[88.] Corresponde al sacerdote celebrante distribuir la Comunión, si es el caso, ayudado por otros sacerdotes o diáconos; y este no debe proseguir la Misa hasta que haya terminado la Comunión de los fieles. Sólo donde la necesidad lo requiera, los ministros extraordinarios pueden ayudar al sacerdote celebrante, según las normas del derecho.
[90.] «Los fieles comulgan de rodillas o de pie, según lo establezca la Conferencia de Obispos», con la confirmación de la Sede Apostólica. «Cuando comulgan de pie, se recomienda hacer, antes de recibir el Sacramento, la debida reverencia, que deben establecer las mismas normas».
(¡OJO!!!!!!!!!! ESTO ES UNA EXCEPCION NO LA NORMA
El derecho a elegir no indica que deba ser la práctica común comulgar en la mano. Y la Conferencia de Obispos necesitan la confirmación de la Sede Apostólica.)
[92.]Aunque todo fiel tiene siempre derecho a elegir si desea recibir la sagrada Comunión en la boca, si el que va a comulgar quiere recibir en la mano el Sacramento, en los lugares donde la Conferencia de Obispos lo haya permitido, con la confirmación de la Sede Apostólica, se le debe administrar la sagrada hostia. Sin embargo, póngase especial cuidado en que el comulgante consuma inmediatamente la hostia, delante del ministro, y ninguno se aleje teniendo en la mano las especies eucarísticas. Si existe peligro de profanación, no se distribuya a los fieles la Comunión en la mano.
y para resolver más dudas al respecto
Sobre algunas cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía

9. La comunión eucarística. La comunión es un don del Señor, que se ofrece a los fieles por medio del ministro autorizado para ello. No se admite que los fieles tomen por si mismos el pan consagrado y el cáliz sagrado; y mucho menos que se lo hagan pasar de uno a otro.
10. El fiel, religioso o seglar, autorizado como ministro extraordinario de la Eucaristía, podrá distribuir la comunión, solamente cuando falten el sacerdote, el diácono o el acólito, cuando el sacerdote está impedido por enfermedad o por su edad avanzada, o cuando el número de fieles que se acercan a la comunión sea tan grande, que haría prolongar excesivamente la celebración de la Misa. Es, pues, reprochable la actitud de sacerdotes que, aun estando presentes en la celebración, se abstienen de distribuir la comunión, dejando la incumbencia a los seglares.
Instrucción “Inaestimabile Donum” sobre algunas normas acerca del culto del Misterio Eucarístico


PARA TENER EN CUENTA

«"Se asegura más eficazmente que la Sagrada Comunión sea distribuida con... la dignidad», etc. Aquí también hay que recordar las palabras del: "mucho le importa que la Eucaristía sea celebrada... del modo más digno posible"; este modo más digno posible es, según lo que se dice aquí, la comunión en la boca.
"para que se guarde con diligencia...". citamos el texto de San Cirilo sólo para ilustrar el extremo cuidado que tenía la Iglesia primitiva aún con los más pequeños fragmentos del pan consagrado ("...recíbela cuidando que nada de ella se pierda") y las cita entre otros testimonios que "manifiestan con abundancia la máxima reverencia y la suma prudencia tenidas para con la Sagrada Eucaristía". Esto es más evidente aún en las palabras que siguen en el texto de San Cirilo: "Porque dime: si alguno te diese unas limaduras de oro ¿no las guardarías con toda diligencia procurando no perder nada de ellas? ¿No procurarás, pues, con mucha más diligencia que no se te caiga ninguna migaja de lo que es más precioso que el oro y las piedras preciosas?"). Más aún, la instrucción lo cita afirmando claramente que este cuidado deseado por San Cirilo, se ve mucho más eficazmente garantizado por la comunión en la boca, pues ésta "asegura más eficazmente que la Sagrada Comunión sea distribuida con la reverencia, el decoro y la dignidad que le son debidas de modo QUE SE APARTE TODO PELIGRO DE PROFANAR LAS ESPECIES EUCARÍSTICAS... y para que se guarde con diligencia el cuidado que la Iglesia ha recomendado siempre acerca de los fragmentos mismos del pan consagrado".
AL DECIR "TODO PELIGRO DE PROFANAR" SE REFIERE TAMBIÉN A LOS SACRILEGIOS MATERIALES QUE SE PRODUCIRÍAN CON LA CAÍDA DE LAS FORMAS O DE LOS FRAGMENTOS. Los testimonios antiguos en este sentido son múltiples. Tertuliano, por ejemplo, dice: "cuidamos escrupulosamente que algo del cáliz o del pan pueda caer a tierra" (De corona, 3 PL 2, 99); San Hipólito recomienda "cada uno esté atento... que ningún fragmento caiga y se pierda, porque es el Cuerpo de Cristo que debe ser comido por los fieles y no despreciado" (Trad. Ap. 32.); San Efrén: "comed este pan y no piséis sus migas... una partícula de sus migas puede santificar a miles de miles y es suficiente para dar vida a todos los que la comen" (Serm. in hebd. s., 4, 4); y Orígenes: "Con qué precaución y veneración, cuando recibís el Cuerpo del Señor lo conserváis, de manera que no caiga nada o se pierda algo del don consagrado. Os consideraríais justamente culpables si cayese algo en tierra por negligencia vuestra" (In Exod. Hom., hom. XIII, 3, Migne, PG 12, 391.); el mismo Pablo VI comenta así este último texto: «"Consta que los fieles creían y con razón, QUE PECABAN, como recuerda Orígenes, si, habiendo recibido el cuerpo del Señor, y conservándolo con todo cuidado y veneración, algún fragmento caía por negligencia" (Mysterium Fidei, 32).
Alguno podría, con todo, preguntarse qué debe entenderse aquí por "fragmentos"; ante dudas planteadas en este sentido, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha respondido con claridad: "Después de la sagrada comunión, no sólo las hostias que quedan y las partículas de hostia que se han desprendido de ellas y que conservan el aspecto exterior del pan deben ser conservadas o consumidas respetuosamente, a causa del respeto debido a la presencia eucarística de Cristo, sino que también para los otros fragmentos de hostia se debe observar lo prescrito sobre la purificación de la patena y el cáliz en la Normas Generales del Misal Romano..." (Declaración De Particulis et fragmentis hostiarum reverenter conservandis vel sumendis, 2 de mayo de 1972).»